Como ya te conté en instagram, siempre que estamos en la Cerdanya intento hacer una escapadita al mercado de los sábados en Llívia.
No es un mercado grande, hay dos paradas, la que llena todo el recinto es la que me encanta por que esta abarrotada de mil variedades de verduras y frutas, algunas bastante atípicas, calabacines amarillos, alcachofas gigantes, berenjenas minis, brócoli púrpura…todo lo que venden es de proximidad, de la zona, del Rousillon, y gran parte es de producción ecológica, así que cumple todos mis requisitos.
Si además le añades que hay una parada de quesos artesanos ya ni te cuento.
En nuestra ultima visita compre estas super mega alcachofas, unos espárragos de distintos colores.
Lamentablemente ya nos queda muy poca temporada de alcachofas, pero como esta primavera ha sido tan loca, aún puedes encontrarlas sin problemas en los mercados.
Ya sabes que no hago operación bikini, yo soy de comer bien todo el año y también de aceptar que no tengo 20 años.
Peeero después de una Semana Santa visitando algún que otro restaurante delicioso en la Cerdanya, de alguna tapa con su vinito y de la fabada de mi suegro el lunes de Pascua, mi cuerpo necesitaba un poco de detox.
Ya sabes que la alcachofa es un vegetal con muchas propiedades, ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre, es rica en minerales…pero sobretodo, es muy antioxidante y es super fenomenal para ayudar al hígado si le has dado más caña de la que deberías.
Desquitarse un poco de vez en cuando, comer lo que te da la gana, vaguear o no, dormir a deshora…yo lo hago de vez en cuando, y esa libertad me sienta estupendamente. Eso sí, poco tardo en necesitar volver a mi rutina de comidas verdes y horarios ordenados.
Yo diría que el cuerpo es tan sabio que nota lo bien que le sienta y enseguida pide paz.
Voy que me lio a y no te cuento sobre estas alcachofas tamaño XXL que nunca antes había probado. Me daba cierto reparo que por dentro fueran peludas como un oso. Y para nada, eran muy suaves, tenían un punto mantecoso que las hacia muy especiales.
Resumiendo, estaban muy buenas, y eso que te voy a confesar que se me chamuscaron un poco, por eso no hay foto del después. Es lo que tiene poner el horno y aprovechar para cerrar los ojos 10 minutos.
Las preparé de una manera fácil pero muy resultona.
Con los troncos hice un poco de caldo detox. Nada raro, hervir los tallos con un pedazo de jengibre y colar.
Un consejo, no te tomes mucho caldo si no vas a tener un baño cerca, porque resulta que es muy diurético y no se trata de pasarlo mal ¿cierto?
Que tengas un feliz día.
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