Esta última década ha sido un poco extraña, no ha sido mala en absoluto, pero quizás demasiado convulsa, caótica y aterradora en algunos momentos.
Yo diría que es muy posible que los peores y los mejores momentos de mi vida se concentren en la década pasada.
Aún que está afirmación quizás peca de positiva o tal vez de negativa. ¿Who knows? Lo que será será, como cantaba Doris Day.
La primera mitad de la década me la pasé jugando con play doh y viendo Charlie y Lola mientras aspiraba mocos con un artilugio extraño. No estuvo nada mal.
Pero perdí de vista otras facetas de mi misma que se quedaron ocultas debajo de mil capas de maternidad.
Cuando llegamos a la mitad de la década y estaba dispuesta a rebuscar para volver a sacarlas a la luz.
¡Boom!
Me diagnostican un cáncer de mama.
Por suerte lo pillaron a tiempo pero no me libré de pasar por tooodo el tratamiento, lease cirugía, quimioterapia y radioterapia, y de premio terapia hormonal substitutoria. O sea, menopausia sin previos.
Agradecida mil de que todo esté perfecto en cada revisión y de que me hayan dicho que ya no va ha volver, aunque el maldito protocolo me obliga a seguir con mis pastillas.
Agradecida por haber aprendido a cuidarme, a escucharme y a quererme por encima de casi todo.
Así, entre tratamientos, recuperaciones, aprendiendo a cuidarme, rebuscándome debajo de las capas de maternidad y intentando librarme del miedo que se queda pegado a la boca del estómago y te frena y no te deja pensar con claridad. Así se me ha pasado media década.
Y ahora estoy más que dispuesta estrenar los locos años 20 con toda la ilusión del mundo.
En esta década entraré en los 50 (¡aún no! en unos años) siendo de nuevo una Yo sin miedo, con las ideas claras y las ilusiones a estrenar.
Tendré el privilegio de acompañar a dos adolescentes que se harán adultos. Y el reto de no dejar que esta empresa me arrastre a adoptar un único rol.
Tengo una lista de buenos propósitos, que hago solo por el placer de hacer listas, porque sé que no voy a cumplir lo que no pueda, o lo que no me dé la gana cumplir.
Y también tengo una lista de las cosas que quiero en mi vida, esta es la lista buena de verdad :
Quiero más cenas con amigas, más caminatas, que nadie me quite mis cafés con mi padre y mis tardes en casa con mi madre y mis “locuras tontas” con mi hermana.
Quiero poder seguir disfrutando de las charlas, las confidencias y las bromas con mis hijos, y si no es mucho pedir, quiero que sigan “reventándome el bazo” estrujados en el sofá.
Quiero viajar, viajar los cuatro juntos, mientras aún quieran. Y cuando no, seguir viajando igual los dos 🙂
Quiero aprender cosas nuevas.
Quiero no sentir culpa por no acertar siempre.
Quiero seguir cultivando la capacidad de disfrutar de las cosas cotidianas como si fueran excepcionales.
Quiero ser más valiente para poder sentirme más libre.
Quiero luchar contra las injusticias y las negligencias que dañan a los que me rodean.
Quiero consumir menos y mejor.
Quiero de una vez por todas ser constante y volver a escribir regularmente en el blog y si no es mucho pedir, quiero leerte en los comentarios o en insta o por mail.
Creo que esta puede ser una gran década y quiero disfrutarla plenamente.
Feliz 2020
Y
Sin comentarios